3 de diciembre de 2008

Acción voluntaria e o poder da linguaxe

No blog da Plataforma do Voluntariado de España, iniciouse un interesante debate a partir do proxecto de Ley de Acción Voluntaria da Xunta de Galicia.

Aquí recollo a miña aportación a ese debate, fruto do medo que me producen os intentos de regular dalgunha forma os movementos cidadans:


Cuando la catástrofe del Prestige provocó aquella reacción ciudadana convertida en el movimiento Nunca Máis, la clase política no supo en un primer momento cómo reaccionar, algo que suele ocurrir ante los movimientos ciudadanos espontáneos. Nunca Máis conjugaba, como pocas veces ocurre, la acción voluntaria con la reivindicación política.
El Gobierno del PP de la Xunta rápidamente se apresuró a intentar diferenciar, dividir, en su discurso el movimiento de voluntariado dedicado a la limpieza de las playas (qué majos) y el movimiento reivindicativo que se manifestaba en Compostela (rumiando su rencor por las esquinas, Fraga dixit) cuando TODOS/AS ERAN LOS MISMOS.
Pero Nunca Máis también superaba la capacidad de reacción de los partidos en la oposición (PSOE y BNG) y éstos supieron sabiamente (aunque no suempre) echarse a un lado para dejar el protagonismo a la ciudadanía. Como dice Arancha, “deme usted 100 ciudadanos/as antes de 100 voluntarias/os”.

El anteproyecto de ley de la Xunta trata de recoger, regular, dar forma a aquel movimiento. Es decir, lo que pretende, deliberadamente o no, es domesticar este tipo de movimientos que puedan surgir en el futuro. Apostar por el término voluntariado hubiese significado para la Xunta ignorar su lado reivindicativo. Apostar por “acción voluntaria” significa claramente matar dos pájaros de un tiro: domesticar el lado solidario y reivindicativo a la vez.

El poder del lenguaje es enorme. Cuando el poder político coge un término social y le antepone “ley de”, el resultado es su domesticación. Imaginemos: ley de la solidaridad, ley de los movimientos ciudadanos… La cuestión es: ¿Cómo ganar la batalla a los intentos de apropiación de los valores, la reivindicación, el derecho al pataleo (eso para Arancha)? Para mí, el término voluntariado tiene batallas perdidas y le queda una guerra por ganar, la superación de la imagen implementada en leyes, regulaciones, escuelas de, etc, del joven cuidano al anciano.

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