7 de mayo de 2010

El tratamiento de la cooperación en la prensa, ¿transversal o protagonista?

Esta semana se ha presentado la investigación “La prensa y la cooperación internacional. Cobertura de la cooperación para el desarrollo en nueve diarios europeos”, realizada por el Grupo de Investigaciones sobre la Información del Observatorio Iberoamericano de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y dirigida por el Catedrático Marcial Murciano.

No he leído todavía el informe completo (ya se puede descargar en PDF), pero ya me surgen dudas a partir de los datos que aporta la nota de prensa (también en PDF), así que ya tengo lectura para el fin de semana. Y a pesar de ello, doy mi más sincera enhorabuena a los autores del informe, ya que era muy necesario contar con datos sobre el tratamiento informativo de la ayuda al desarrollo.

Esta nota de prensa parece destacar, como algo negativo, un dato que yo sí veo positivo: "Tan sólo en la sección de internacional el peso de la cooperación para el desarrollo alcanza un nivel destacable: el 14,7%. Por el contrario, la sección de Sociedad -marco de las informaciones sobre salud, pobreza, educación o medio ambiente- el porcentaje de información que aparece sobre cooperación es muy limitado: sólo un 2%."

Yo sí considero necesario que la cooperación se vincule a la política internacional, porque este tema debe estar cada vez más vinculado a la incidencia política en los países del Norte.

Otro párrafo que me despista de esta Nota: "Los medios destacan los temas de mayor contenido político y quedan muy relegados otros de gran importancia como la lucha contra la pobreza que sólo aparece en un 8,1% de los contenidos referentes a cooperación", pero ¿acaso la lucha contra la pobreza no debería tener una gran carga política?

Por otro lado, se constata lo que la mayoría ya sospechábamos: Los Objetivos de Desarrollo del Milenio están cayendo en el olvido -"durante los tres meses que duró la investigación, los nueve diarios europeos sólo citan los Objetivos de Desarrollo del Milenio en 20 ocasiones"- y si no conseguimos ponerlos de nuevo en la agenda mediática, será mejor que vayamos pensando en otros objetivos.

Otro dato significativo y que tampoco me parece nada positivo: "sólo un 3,2% cuestionan la cooperación o la ayuda al desarrollo". ¿Es realmente positiva esta unanimidad? Es cierto que trabajamos en un sector muy sensible a las críticas, pero la ausencia de éstas también nos puede llevar a un territorio estéril. La ayuda al desarrollo no es una apuesta neutral, ni apolítica, sino que debe ser una herramienta más para cambiar un sistema insostenible.

Y si encima, como señala el estudio, se utiliza la ayuda al desarrollo en la confrontación partidista, parece que está claro que nos siguen tratando de una forma infantil. Quizá lo que echo de menos es que también cambie la percepción que de la ayuda al desarrollo existe en nuestro propio sector.

Igual que tampoco considero que las organizaciones debamos ser protagonistas de la información sino fuentes transversales, la ayuda al desarrollo debería ser en muchos casos un eje transversal para poder seguir denunciando las verdaderas causas de la pobreza.

1 comentario:

Montse Santolino dijo...

El informe trabaja con una concepción de cooperación muy amplia (lo cual es bueno) pero con un enfoque "desconflictualizado": a casi todos nos sorprendió en Barcelona que el periodista del Ministerio de Asuntos Exteriores dijera que era un "error" que la cooperación no saliera más en Sociedad, en vez de en Internacional.

Claro que este señor, con 20 años de El País y 1 en el Ministerio, intentó explicarnos que la cooperación era una cosa muy profesional y no de jóvenes mochileros como se cree en casi todas las redacciones...

Y ahí está uno de los problemas: lo que el gran público reconocería como cooperación son solo las noticias que protagonizamos las ONG (el 8% del 3,5%), lo cual es malo porque los periodistas siguen viéndonos como "el agente" de la ejecución de proyectos sobre el terreno, pero no como agentes que trabajan en el cambio de políticas y, por tanto, no lo transmiten.